China informó el miércoles de dos empleados de la cadena de frío enfermos de covid-19 en Tianjin (norte), en un contexto de creciente desconfianza hacia los alimentos congelados importados, relacionados con varios focos de infección.
El país ha controlado la epidemia desde la primavera boreal, gracias a medidas draconianas (detección masiva, confinamiento, cuarentena a la llegada al territorio, seguimiento de los desplazamientos) y al uso de la mascarilla.
Actualmente, China registra un puñado de nuevos casos diarios, la mayoría de los cuales son viajeros procedentes del extranjero.
Sin embargo, recientemente se han organizado amplias campañas de detección en alimentos importados tras el descubrimiento de trazas de coronavirus en envases.
En la ciudad de Wuhan (centro), donde el virus se detectó por primera vez a finales de 2019, las autoridades declararon el viernes que habían detectado el SARS-CoV-2, el virus que causa el covid-19, en carne vacuna congelada procedente de Brasil.
Otros cuatro municipios informaron la semana pasada de la presencia de coronavirus en muestras de alimentos congelados procedentes del extranjero, entre ellos de cerdo argentino y pescado indio.
Las aduanas chinas han declarado el viernes que hasta ahora han realizado pruebas en más de 800.000 muestras de productos congelados importados y han suspendido las entregas de 99 proveedores extranjeros.
Las sospechas remontan a junio, en pleno foco de infección en Pekín, cuando se detectaron rastros de virus en el material utilizado para tratar el salmón importado.
Los dos empleados de Tianjin, la gran metrópolis portuaria situada a 100 km al sureste de la capital, "habían estado anteriormente en contacto con productos de la cadena de frío contaminados", dijeron las autoridades.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "actualmente no hay pruebas de que las personas puedan contraer el covid-19 a partir de alimentos o envases de alimentos".